Territorios Frontera: Fadaiat
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“La idea de una definición sencilla de aquello que constituye una frontera es, por definición, absurda: marcar una frontera es, precisamente, definir un territorio, delimitarlo, y así registrar la identidad de ese territorio o conferirle una. A la inversa, sin embargo, definir o identificar, en general, no es otra cosa que trazar una frontera, asignar límites o fronteras (en griego, horos; en latín, finis o terminus; en alemán, grenze; en francés, borne). El teórico que intenta definir qué es una frontera corre el riesgo de dar vueltas en círculo, ya que la misma representación de la frontera es la precondición para cualquier definición.” (Mezzadra & Neilson, 2013, Pg 35 Citando a Balibar (2002, 76))
La frontera llevaba varios años llamando a la puerta del colectivo. Un proyecto cuya hipótesis deriva de las consecuencias del ciberespacio en el territorio no podía escapar a las contradicciones que presentaban las nuevas dimensiones fronterizas. Los nuevos sistemas de filtrados. De inclusión y exclusión de personas. Porque además incluían una dimensión electrónica y digital hasta entonces desconocida.
En los años 70, el maltrato mediante un trato regulatorio diferenciado para la boat people que huían como refugiados de Vietnam tras la guerra con los Estados Unidos introdujo en nuestros imaginarios el concepto de «migrante ilegal»[1]. A nivel europeo y español, este concepto no aparece hasta el final de los años 80 cuando se superponen una serie de acontecimientos – Ley de Extranjería del Estado Español para poder incorporarse a la Unión Europea (1985), Caída del Muro de Berlín (1989), Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación (1991) -, que culminan un nuevo modo de entender la frontera natural de El Estrecho de Gibraltar cuando se fecha el primer muerto ahogado en una travesía en patera en noviembre de 1988[2].
Se termina de desarrollar un nuevo diagrama a partir de la frontera. El discurso hegemónico incorpora unas fronteras casi-invisibles, las que vinculan a los países de la Unión Europea entre sí – pero también a aquellos con acuerdos preferentes con la UE - , y otras en las que se concentra una fuerte inversión[3]. Este proyecto se consolida con la denominada «Fortress Europe» [Fortaleza Europa]. Compuesta de una serie de acuerdos y medidas que implican una gradación de derechos en función de tu lugar de procedencia. Esa gradación de derechos tiene su réplica también a nivel interno, sobre las personas autóctonas. Esa es la idea del diagrama. Y de ahí se deriva la importancia del Territorio Frontera.
En el DocumentaX celebrado en Kassel en el verano de 2017 se ubicó de manera paralela un Medialab temporal bajo el nombre de Hybrid Workspace[4], coordinado por Geert Lovink y Pit Schultz. Uno de los proyectos abordados en ese Festival fue [Cross the border] No One is Illegal. Este proyecto se consolidaría bajo el colectivo Kein Mensch ist Illegal, formado por colectivos e iniciativas antirracistas y cuya cabeza visible era Florian Schneider[5]. Tanto el formato de Medialab concebido por Lovink y Schultz como el proyecto concreto de Schneider y el resto del colectivo n.s.i.a.m.p. son antecedentes directos de Fadaiat. El vínculo entre las tecnologías que emergían en aquel entonces y las luchas por los derechos de los migrantes creaban un espacio de conflicto nuevo.
En 1998 se hace el primer BorderCamp en la ciudad de Rothenburg. Ya en esas primeras acciones toma presencia la fiesta como medio de encuentro, con una rave de 36 horas en paralelo a las acciones, las manifestaciones y los eslóganes antirracistas[6]. En 1999 el colectivo daba un paso más con la creación de la red NoBorder en el segundo BorderCamp en Zittau en la frontera entre Alemania, Polonia y la República Checa. Se hizo un acercamiento a otras iniciativas en las fronteras, como la frontera entre EEUU- México. La lista de correos Nettime[7], iniciada en 1995 por Lovink, Röller y Schultz, hizo de puente entre activistas de diferentes territorios para consolidar la red NoBorder.
En el año 2000 el BorderCamp se hizo de manera distribuida con tres sedes principales entre las que se situaba la de Tijuana. Bajo el nombre de BorderHack, estuvo coordinada por el colectivo Laboratorios Cinemátik, un colectivo mixmedia entre la cíbercultura y la música electrónica del que formaban parte Fran Ilich – aunque no estuvo presente al estar en Berlín – y Luis Humberto Rosales, activistas de la red Nettime. Tras haberse conocido previamente en el encuentro del año antes de la red, José Pérez de Lama toma parte del evento. Frente a otros modelos que promovían la disolución de la frontera, el «Borderhack!» quería hacer un ejercicio de hackeo de la frontera, una ingeniería inversa para intentar entender su estructura y sus modos de comportarse:
“[…] also to understand the strange attraction that unites us. And what better way to accomplish than by doing it right on the physical border, by spending three days trying to get to the bottom of the problem and really understand what is it that unites us and what is it that separate us”[8]. En años sucesivos se repite evento en la frontera de Tijuana/San Diego. EN 2001 el evento entra en comunicación con otras varias iniciativas paralelas dentro de la Red NoBorder entre las que se encuentra Tarifa. Tarifa BorderCamp, coordinado de manera distribuida, supone el primer evento de esta red en el Estado español. A este encuentro asiste puntualmente José Pérez de Lama y, posteriormente, participan él y Sergio vía streaming en el Borderhack! Tijuana de 2001.
En paralelo, otra vía abierta en relación a las fronteras a partir de la actividad dentro de las listas de correo de Nettime es el desarrollo de Indymedia Estrecho. Desarrollado en un proceso colectivo que introdujo a activistas de Sevilla, Jerez, Málaga - en una primera fase -, Tánger, Larache, Canarias, Granada o Córdoba. Se decide centralizar la hipótesis de los medios de comunicación independientes sobre el territorio geopolítico del Estrecho. Esto permite consolidar el vínculo entre colectivos que trabajan la esfera digital respecto a los colectivos activistas en derechos humanos y migración – Casa de la Paz, Casa de las Iniciativas, Red de las Dos Orillas -.
En septiembre de 2003, se lanza por parte de UNIA Arte y Pensamiento el encuentro Reunión 03. Ceci n’est pas un congrés[9]. Coordinado por Miguel Benlloch de BNV Producciones se entrelazaban tres momentos:
+ Reunión 03: un espacio de articulación entre colectivos y personas que trabajan en el espacio entre el arte y la política.
+ Ora et Colabora: organizado por La Fiambrera Barroca con el objeto de trabajar sobre los conflictos que se presentan en el arte colaborativo.
+ La Multitud Conectada: organizado por hackitectura.net como laboratorio experimental para construir un espacio híbrido entre lo físico y lo digital donde pueda emerger una multitud en el sentido propuesto por Antonio Negri y Michael Hardt [cita].
Estos primeros encuentros fueron complejos, tanto por la gestión como por la organización de los mismos. Por un lado, permitieron que ciertas investigaciones de Hackitectura.net – entonces todavía un colectivo en crecimiento – tuvieran un respaldo. Pero por otro significaba que estas eran atravesadas en mayor grado por las instituciones que las amparaban o que financiaban los procesos. Desde la institución les hablaban de cómo participar de la acción pública, de cómo les iba a dar promoción a sus iniciativas, y que necesitaban ayuda y confianza mutua “a lo que respondíamos que de ellos solo necesitábamos el dinero, no la ayuda ni la promoción” (Sánchez- Laulhé , 2021). Además, los ritmos de las diferentes partes del encuentro tenían difícil convivencia. El laboratorio de La Multitud Conectada – formado por hackers, vjs, artistas – alargaba sus jornadas durante la madrugada, reivindicando el papel de la fiesta en este tipo de producciones tal como años antes habían celebrado los activistas de la Red NoBorder.
En 2002 se inicia el proyecto Transacciones – que se acabará encontrando con Reunión03 conformando Transacciones/Fadaiat – dirigido por BNV Producciones. En el año 1997 ya se habría producido un primer trabajo desde el arte en torno a la crisis migratoria de El Estrecho de Gibraltar con el proyecto multidisciplinar Almadraba[10], coordinado por Mar Villaespesa y Corinne Diserens. En palabras de Mar Villaespesa “Transacciones/fadaiat es una acción colectiva que, siguiendo el espíritu de UNIA arteypensamiento de re-pensar los formatos de presentación y difusión para adaptarse a las nuevas realidades sociales y culturales, tienen muchas capas que interactúan, se superponen y confunden.” La figura de Mar Villaespesa simboliza la importancia de tener en las instituciones personas sensibles.
El encuentro Fadaiat 2004 se celebró en junio, con sedes en el Castillo de Guzmán de Tarifa y la École Nationale desde Sciences Appliquées (ENSA) de Tánger y una terraza junto al Café Haifa. Sigue la estirpe de los no-border media labs, acoplándose con el resto de componentes del evento Transacciones/fadaiat: un Archivo de prácticas artísticas relacionadas con la frontera Sur; la Cartografía crítica del Estrecho; el Encuentro libertad del conocimiento/libertad de movimiento entre colectivos de ambas orillas; Transacciones-zemos98 tv con emisión de 2 días en la TV local de Tarifa.
“La geografía de estos poderes alternativos, la nueva geografía de esos poderes alternativos, la nueva cartografía, está aún aguardando a ser escrita – o, realmente, está siendo escrita hoy con luchas, resistencias y deseos de la multitud.” (Hardt & Negri, 2000, p. 7).
En esa escritura que mencionan Michael Hardt y Toni Negri se intenta mover Fadaiat. Como una fabulación de otras formas de hacer, un dispositivo temporal que transforma las relaciones de poder existentes en este espacio geopolítico. A través de las distintas acciones busca la conexión de un territorio que las instituciones tratan de compartimentar y enfrentar con diferentes estrategias, y que corresponde al área del Estrecho de Gibraltar. También permitiendo proyectar la crisis del modelo que desde la Unión Europea se impone con la Fortaleza Europa, con la frontera y la militarización de este territorio como símbolos. Como luego propondrán los compañeros del Comité Invisible[11], se sustituye el poder representativo como objetivo por las infraestructuras físicas, electrónicas y digitales que imponen el verdadero gobierno de este territorio. Añadirán Hardt y Negri: “la producción tiene lugar en el movimiento y la cooperación, en el éxodo y la comunidad”(Hardt & Negri, 2000, p. 398).
El subtítulo “Libertad de movimiento, libertad de conocimiento” introduce una reapropiación del conocimiento – un conocimiento cuyos códigos estaban construyéndose en tiempo real en relación con las nuevas relaciones que implicaba la expansión de internet – y, en un contexto de globalización, una libertad de movimiento que lleve implícita una igualdad en el acceso a los bienes y las oportunidades. La gradación de derechos implícita en la militarización y la ubicuidad de la frontera busca el control de la producción flexible: tener un remanente de población sin trabajo y que esté accesible de manera continua.
“Si la captura del conocimiento colectivo y el control de la movilidad son dos de los principales modos de control y apropiación de la riqueza social llevados a cabo por el capitalismo posmoderno, construir la libertad del conocimiento y la libertad de movimiento serán condiciones necesarias para la emancipación de la multitud en un mundo globalizado e informacional.” (Pérez de Lama, 2006b, p. 164)
En este proyecto adquiere cuerpo propio la Cartografía del Estrecho de Gibraltar. Fue un proyecto colectivo con datos recogidos desde Indymedia Estrecho y colectivos afines. Tiene la virtud de hacer visible ese espacio geopolítico que los primeros diagramas del proyecto de Indymedia anunciaban y, con ello, la dimensión ampliada del territorio frontera. La producción hortofrutícola del Norte de Marruecos y del sur de España - con los asentamientos de inmigrantes de la provincia de Huelva y Almería como referencias principales – deviene en agente que dota de significado a esta frontera, como controladora de precios y del flujo de personas sin papeles que cruza el Estrecho. Se realizaron 15.000 copias impresas de esta Cartografía. La cara A describe los flujos del capital, inmigración e información cubriendo un área desde Madrid a Mauritania[12]. La cara B busca dar representación a las iniciativas y espacios militantes- incluyendo sus relaciones - acompañados de la historiografía de Indymedia.
Dos detalles más sobre esta Cartografía. La potencia de la misma se observa en cómo es recuperada continuamente desde ámbitos de estudio de la Frontera Sur, como en la exposición colectiva “El Mar Mediterráneo como frontera: Realidad y representación” realizada en el Centro de las Artes de Sevilla en 2016 y comisariada por Mar Villaespesa, o propios de la cartografía crítica como el colectivo alemán Orangotango, que recientemente hicieron un acercamiento para incluirla en la versión española de “This is not an Atlas”[13]. Por otro lado, habría que detenerse en las razones por las que este tipo de cartografías, compuesta por elementos heterogéneos que permiten hacer visible el corpus de este territorio en tanto dispositivo, no han sido actualizadas, ampliadas o, incluso, rebatidas.
Los territorios frontera siguen teniendo vigencia como “territorios-espejo” de las transformaciones contemporáneas. Las personas que emigran, tanto con la figura de refugiados como de prófugos, sirven como sujetos para experimentar nuevas técnicas de control de poblaciones, que van desde las tecnologías biométricas hasta la multiplicación de campos de refugiados en diversas áreas de África como Libia o Túnez. En la actualidad un refugiado puede sentir cómo la frontera le acompaña allá donde va. Esto no asegura un mayor cuidado por este colectivo tan vulnerable. En su lugar las compañeras de Caminando Fronteras nos hablan de “necrofrontera”, siguiendo la terminología de Achille Mbembe.
Este capítulo superpone varias fases de la evolución contemporánea de las fronteras. Me parece valioso enfrentar las percepciones de finales de los años 90, los 2000s y otras visiones más contemporáneas. Esto me lleva también también a tomar el término Territorios Frontera como forma de nombrar este dispositivo. La elección del término Territorios Frontera intenta incorporar un grado de complejidad respecto al más usado de Border Factory o Frontera Fábrica, donde se pone mayor peso sobre la incidencia de la frontera en los sistemas de precarización laboral (“becoming productive of the border”). Ese sistema incluye la manufactura deslocalizada para pagar salarios más bajos en las fronteras sur o la desposesión de derechos para aquellas personas que se ven forzadas a migrar “ilegalmente”. Sin embargo, cubre de una manera muy tenue las industrias dependientes de la frontera en las que la muerte no es sino otro formato. Quizá haya por mi parte un exceso de escrúpulos al no querer reconocer que la industria de la muerte no es sino un componente más de la Frontera Fábrica. La intención de que el concepto de necropolítica complete el concepto de biopolítica, fuertemente vinculado al concepto de Frontera Fábrica, me lleva a utilizar Territorios Frontera como una mejor imagen de esta realidad.
**Notas:**
[1] Cfr en: “En el espacio de las fronteras temporales”, dentro de “La frontera como método” (Mezzadra & Neilsen, 2013, p. 169).
[2] En el artículo de Juan Carlos Narváez se hace hincapié en la «ilegalidad» de ese intento de cruce: https://elpais.com/diario/1988/11/02/espana/594428418_850215.html .
[3] Aunque nos proponen las compañeras Débora Ávila y Marta Malo que no entremos en la dualidad inmigrante ilegal / inmigrante legal sino que lo entendamos como “un sistema de esclusas” (Ávila, 2010, http://w01.centrodeestudiosandaluces.es/actividades/sitios/archivos/12949157861753863270_Mesa1_DeboraAvila.pdf).
[4] Se pueden visitar aún las webs de este Festival de 1997 en las siguientes webs: https://www.documenta.de/en/retrospective/documenta_x / http://medialounge.waag.org/lounge/workspace/ .
[5] La incorporación de los derechos de migración en un espacio de exhibición hacía surgir incomodidades: “On sunday, we opened a passport exchange office, and we asked people to give us their passport to pass it on people who need it much more, which are undocumented or so called illegal people. A policeman appeared, and he asked «is this art or not? what are you going to do with the passports?»” Entrevista con Florian Schneider con ocasión de DocumentaX: http://www.bok.net/pajol/international/kassel/florian.en.html .
[6] Las crónicas del evento muestran también las reticencias de parte de la población local con la entrada de inmigrantes – como un efecto de los territorios fronteras – y otros conflictos: http://noborder.org/camps/camp98/report1.html .
[7] Iniciada para la Biennale de Venice, se desarrolla en el capítulo de Antecedentes.
[8] Ilich y Rosales también fueron miembros fundadores de Indymedia Tijuana en 2002.
[9] Isabel Ojeda, que fue directora del Área de Acción Cultural de la UNIA aquellos años, pone en valor esa apertura de la institución, que en algunos casos “implicaba cuestionar la propia soberanía de la Universidad”.
[10] El propio Miguel Benlloch presentaba la performance Ósmosis, con un traje lleno de espejos que reflejaba el resto de obras del proyecto. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=V-TEDjFaawE .
[11] “Quien quiera emprender cualquier cosa contra el mundo existente, debe partir de esto: la verdadera estructura del poder es la organización material, tecnológica, física de este mundo, El gobierno no está más en el gobierno.” (Cómité Invisible, 2012, p. 50).
[12] Una característica específica de esta cara A es que están invertidas las posiciones Norte- Sur en el mapa, haciendo frente a la convención que sitúa a los países del Norte por encima de los del Sur y que ha sido puesto en crisis desde los estudios post-coloniales (por ejemplo, Ashcroft, Griffiths & Tiffin, 2000, Post-Colonial Studies).
[13] Libro de contra-cartografías o cartografías críticas publicado en 2018, en Düsseldorf. En la introducción de la primera edición aparece hackitectura como uno de los colectivos fundacionales en cartografía crítica.